La Política Agrícola Común (PAC) se enfrenta a una serie de retos en el nuevo periodo de programación 2014-2020, de diferente naturaleza, que invitan a la UE a realizar elecciones estratégicas para el futuro a largo plazo de su agricultura y zonas rurales. Para abordar estos retos de forma efectiva, la PAC debe inscribirse en el contexto de políticas económicas sólidas y finanzas públicas sostenibles que contribuyan a la consecución de los objetivos de la Unión.
Para ello, la futura PAC debe seguir siendo una política común fuerte, estructurada en dos pilares, que persigue los siguientes objetivos estratégicos:
- Preservar el potencial de producción alimentaria sostenible en todo el territorio de la UE, a fin de garantizar a los ciudadanos europeos la seguridad alimentaria a largo plazo.
- Apoyar a las comunidades agrícolas que suministran a los ciudadanos europeos productos alimentarios producidos de manera sostenible, para preservar el paisaje rural y combatir la pérdida de biodiversidad, a la vez que contribuye a la mitigación del cambio climático y a la adaptación a sus efectos.
- Mantener comunidades rurales viables, en las que la agricultura es una actividad económica importante creadora de empleo local, ya que produce múltiples beneficios económicos, sociales, medioambientales y territoriales. Esto está relacionado con el equilibrio territorial.
En este contexto, la ayuda al desarrollo rural, incluidas las actividades en el sector alimentario, no alimentario y forestal, contribuirá a lograr los siguientes objetivos:
- Fomentar la competitividad de la agricultura;
- Garantizar la gestión sostenible de los recursos naturales y la acción por el clima;
- Lograr un desarrollo territorial equilibrado de las economías y comunidades rurales incluyendo la creación y conservación del empleo.